lunes, 22 de marzo de 2010

El mejor viaje de mi vida.

Cuando tienes tanto que decir sobre algo, es poco lo que te sale. Qué fácil es ponerle a un viaje el título de `el mejor viaje de tu vida´, pero qué dificil es olvidarlo. Se pueden contar con los dedos de las manos las personas que han logrado subir tan alto. Yo fui una de ellas.

1 de octubre de 1993. Estábamos preparados. Nuestros cuerpos se veían envueltos en un grueso traje blanco, y nuestras cabezas semejaban a peces dentro de sus redondas peceras de cristal. Mis dos compañeros y yo caminamos lentamente y con mil ojos por la sólida y enorme plataforma de metal hacia el cohete blanco que nos esperaba. A pesar de lo mucho que abultaba el traje, yo podía notas las formas redondeadas del cuerpo de Sally. James, mi otro compañero, ya era de por sí de constitución mesomorfa. Yo, a diferencia de lo que podáis pensar, tendía a ser gordito, pero tras muchas horas de imparable y agotador ejercicio físico conseguí el cuerpo morboso pero necesario para la aventura que estaba a punto de comenzar para nosotros. Tardamos un poco en subir hasta el bloque central y acostumbrarnos a la postura de `huevito´ que ´había que adoptar para caber en aquel minúsculo espacio.
`Countdown´. Parecía que había pasado una eternidad desde el momento en el que decidí irme por ciencias en cuarto de la E.S.O. `Ten´. Tenía perfectamente claro mi camino, y pensaba seguirlo hasta el final. `Nine´. Siempre he padecido una enfermedad mental llamada bipolaridad, que me hace sentir con demasiada exageración todo lo que me ocurre. `Eight´. Por eso, en los momentos de depresión, me solía decir lo fracasado que era. `Seven´. Mis amigos y familia eran conscientes de mi problema y por eso me apoyaban todo lo que podían. Jamás sabré cómo agradecérselo. `Six´. Sin duda lo que me gustaba más recordar eran los años de la universidad. Estudiaba como una bestia parda, pero gracias a James, todo se hizo más fácil. `Five´. Recordaba perfectamente el día que concí a Sally, y lo que me emocioné cuando supe que la habían asignado para venir con nosotros en este viaje. `Four´. La verdad es que era difícil de creer, pero lo había conseguido. `Three´. Sólo tres segundos para traspasar todos los límites del mundo. `Two´. Dos... `One´. James, Sally... buen viaje, amigos. `Take off¡´.
Escuché el estruendoso sonido de los motores y sentí desprenderse el cohete de la plataforma. Sentí mucha presión, y mis oídos se taponaros. James cantaba el himno nacional, mientras Sally abría la boca con la intenciçon, quizá, de destaponar también sus oídos. Yo no dije nada y derré los ojos. Los abrí poco tiempo después, o eso era lo que yo pensaba. No sabía dónde estaba James, así que me desenvolví de todo tipo de cinturones, me estiré y miré hacia Sally. Seguía totalmente encogida en su asiento, con los ojos cerrados. Me acerqué flotando hasta ella y le di unos toques en su casco. Ella abrió lentamente los ojos y me sonrió. James apareció entonces, con cierto aire de emoción. Nos dijo que miráramos por las ventanas diminutas. Lo que vimos era demasiado impresionante como para describirlo con palabras. Enorme y majestuoso, el espacio se extendía en todos los puntos cardinales. Eso sí que era ser el rey del mundo. Describirlo mñas me parecía una aberración, así que me quedé satisfecho con el `no lo sé´que le respondí a Sally cuando me preguntó qué me parecía. A pesar de que la comida fuera líquida y tuviéramos que tomarla por tubos..., el viaje no pudo ser mejor. Fui a echar un vistazo a las hormigas que nos habíamos traído como experimento. Eran tan pequeñas en comparación con lo que había fuera... una minúscula parte de la inmensidad de la existencia. Fue una experiencia que jamás olvidaré.

No hay comentarios:

Publicar un comentario